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Soluciones tecnológicas para cambiar el mundo

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Cada día, según los últimos estudios, pasamos cerca de tres cuartos de hora de media viajando de un sitio a otro. Ya sea en el coche, en el autobús o en cualquier otro medio de transporte. Tal vez solo caminando, en pequeños paseos, de un sitio a otro sin necesidad de coger ningún vehículo. Evidentemente, este tiempo medio es una estimación. Hay personas que trabajan en casa y suelen hacer muchos menos viajes, y otras que, de hecho, prácticamente viven en la carretera. Para taxistas, camioneros y transportistas, esto es ley de vida, y la radio ha sido siempre una compañía inmejorable. Ese medio de comunicación que comenzó a cambiar las casos a principios del siglo pasado, y que hoy en día ha quedado prácticamente obsoleta. Sí, muchos todavía ponen una emisora y se dejan llevar por la música que les suelta el locutor de turno. Pero Internet también ha cambiado esto.

La música, como las series o el cine, ya no tiene que llegarnos a través de nadie. Las emisoras han quedado relegadas a un segundo plano en tanto que nosotros mismos podemos crear nuestras propias listas, a través de apps como Spotify. Escuchar solo lo que queremos, lo que nos apetezca en cada momento, y de la manera más práctica y libre. En el coche, en el viaje en metro, a través de nuestros cascos… La revolución del sonido comenzó con la música en streaming, pero también ha tocado otros negocios, como el podcast. ¿Y qué es un podcast, al fin y al cabo, sino un programa de radio que podemos descargar y escuchar a la carta? La evolución del formato radiofónico de toda la vida, pero sin anuncios, sin cortes publicitarios, y permitiéndonos elegir en cada momento los temas que más nos interesan. Desde hace poco más de una década, el mundo del podcasting está creciendo a pasos agigantados, y hoy son muchos los que prefieren estos programas antes que los de las emisoras tradicionales. Esto ha generado una gran demanda de contenido de todo tipo, incluyendo el erótico, un tema tabú en la radio, pero no para el podcast.

La tecnología está cambiando nuestro mundo a una velocidad tan brutal que a veces ni siquiera nos da tiempo a pararnos para darnos cuenta de dicha evolución. Si nos tomamos un segundo para descansar y mirar atrás, comprobaremos que hasta hace apenas doce años no había smartphones en el mundo. En aquella época, finales de la década de los 2000, Internet ya estaba empezando a llegar a todas las casas, en países desarrollados claro está, y los servicios que se ofrecían online eran cada vez más profesionales. Fue entonces cuando surgieron las primeras redes sociales, plataformas que buscaban unir a personas con los mismos gustos. MySpace fue una de las más destacadas al principio, especialmente dentro del mundo de la música, y dio visibilidad a muchas nuevas bandas que se harían tremendamente populares. Posteriormente llegó Facebook, que fue el verdadero punto de inflexión para este tipo de plataformas. Una manera de conectarse como nunca antes se había visto.

No hablamos de hace décadas, sino de apenas quince años atrás. Hoy Facebook ya se ha quedado casi anticuado, incluso Twitter, que tuvo una época de reinado imponente, ha dejado de ser tan importante. Las redes sociales se han sectorizado, y los adultos han tomado posesión de esas plataformas, mientras que los jóvenes han preferido migrar a otras nuevas. Instagram sigue siendo, desde hace unos años, el gran rival a batir, porque literalmente todo el mundo está en ella, participando de forma activa. La vida que mostramos a través de esta red social es una especie de idealización de nuestra propia existencia, con los momentos más bonitos, especiales y destacados. Una parte irreal, pero que exponemos ante todos, porque en el mundo de hoy en día la necesidad de estar a la altura de las expectativas es más determinante que nunca. Sin embargo, el reinado de Instagram está en peligro desde hace un par de años. La red social TikTok se ha convertido en un verdadero boom entre jóvenes y no tan jóvenes. Sus pequeños vídeos son compartidos por millones de usuarios, y su contenido cada vez es mirado más con lupa, por lo que la censura siempre está presente.